P: Ya se han colocado las bases instaurándose la carrera de ingeniería biomédica en las universidades peruanas UTP, con la fusión de la PUCP y Cayetano Heredia, muy pronto serán San Marcos y la UPC. En este caso, ¿cuál sería el siguiente paso a dar y qué es lo que se tiene que integrar a este primer avance?
CAMV: Ya se viene haciendo ingeniería biomédica desde hace 10 años. Las bases están entre los que han hecho ingeniería biomédica, sobre todo ingeniería clínica, han ejercido en esto, pero llega un momento en que el nivel de especialización es mayor y necesita tener un nivel académico adecuado para esto. Entonces, las bases están en la gente que ya trabaja en ingeniería biomédica. La pandemia nos ha mostrado que sí hay gente talentosísima en el Perú que ha sabido gestionar los recursos de ingeniería biomédica a través de la ingeniería clínica, y esta nueva pléyade de jóvenes han diseñado sistemas y aplicativos incluso para gestionar la información en salud. Luego, la ingeniería biomédica ya tiene una base fundacional atrás.
Creo que estamos en una nueva etapa, que es la etapa académica, la etapa de una sistematización de una profesión específica para la ingeniería biomédica. Nosotros, en el Colegio de Ingenieros, ya habíamos planteado que lo que el Perú necesita es la parte académica, la parte sistematizada, y en esa parte sistematizada corresponde hacer ingeniería biomédica de estándares internacionales, de un nivel mundial, pero con un criterio de aplicación a la realidad del país.
Entonces, esa es la etapa en que estamos. Con las primeras promociones de pregrado estamos trayendo la ingeniería biomédica de conocimiento mundial a una aplicación nacional. Obviamente, hay que hacer algunos afinamientos y hay que formar a estos nuevos profesionales en un conocimiento internacional, en un mundo globalizado, y luego, darle una visión de la realidad del país.
Creo que las bases ya estuvieron puestas, y esta es una nueva etapa, de bases académicas, para una nueva profesión. Siempre nos hemos alojado en la ingeniería electrónica, pero ya es hora de que tengan su propia partida de nacimiento.
P: Hemos iniciado con el campo académico, ahora enfoquémonos en el campo profesional, ¿cuál sería el aporte del ingeniero biomédico en un espacio como un hospital?
CAMV: Hablar del presente es hablar del futuro. El futuro es hoy. La ingeniería biomédica ha llegado al Perú y ha llegado a las ciencias de la salud para quedarse, porque la mayor cantidad de problemas de salud tienen que solucionarse con una visión de ingeniería. La ingeniería tiene un aporte ahí. La visión de ingeniería puede ser una nueva visión para la solución de viejos problemas.
De otro lado, poniéndonos en el contexto de hoy, tenemos muchísimo avance tecnológico. El mundo tecnológico va a ser diferente cada mañana, vemos la experiencia de la pandemia. Los establecimientos de salud necesitan de tecnología, es muy poco lo que se puede hacer sin ella. Tecnología biomédica, tecnología de comunicaciones, vienen a ser un pilar fundamental de un hospital. Pero no solo es eso, tenemos que pensar en el sistema de salud, más allá del hospital, la ingeniería sí tiene soluciones para el sector salud, ¿por qué? Porque con esta tecnología hemos podido llegar a los hogares, a través de los aplicativos, para hacer evaluaciones del covid-19. Por ejemplo, en una casa, un nativo digital con un celular podía sacar una cita para su abuelito. Ahí está la ingeniería biomédica, no solo en los hospitales, sino en el sistema de salud.
Tecnología y ciudadanía en salud
Una experiencia muy interesante fue que cuando todos en la pandemia comenzaban a buscar y mirar recién a sus aseguradoras, con los costos altísimos que había, el SIS ya dispuso de una aplicación para que se afiliara directamente el mismo ciudadano. La tecnología, en este caso, nos ha dado ciudadanía en salud. Creo que estamos viendo más allá del hospital, pero el hospital es lo que nos llama la atención, donde se dan los mayores problemas.
Siempre que he estado en la docencia, también en el Colegio de Ingenieros, daba un ejemplo. Un ingeniero biomédico es semejante a un ingeniero de vuelo, a un piloto. En una sala de cirugía, ahora tiene que haber un ingeniero biomédico para el implante de dispositivos telemonitoreados, para radiofrecuencias, para que el ingeniero pruebe y haga los test, y el cirujano pueda ‘cerrar’ al paciente, por decirlo así. En una operación de cirugía robótica, por ejemplo, es el ingeniero biomédico el que tiene que estar allí para cualquier eventualidad.
Porque en una cirugía robótica, donde el médico está a un metro del paciente y el robot está operando a cien o miles de kilómetros, es la ingeniería la que le da la solución de la comunicación con la mecánica, la electrónica, el software y el ambiente virtual.
Arte y momento de la industria de ingeniería biomédica
Por tanto, ahí hay ingeniería, y también ya vemos la ingeniería de imágenes, de realidad virtual, realidad aumentada, y hasta el arte. Este nuevo arte que aparece con las herramientas digitales, ya que no solo necesitamos una buena herramienta, sino una herramienta bonita, amigable, esa es la nueva medicina. Ese es el aporte que van a tener los ingenieros.
Asimismo, es impresionante las habilidades que tienen los estudiantes de segundo y tercer años haciendo dispositivos. Ahora que podemos encontrar dispositivos de tecnología abierta, de tecnología libre, podemos modificar un software. Por ejemplo, un electrocardiógrafo, que antes costaba 5,000 dólares para arriba, con menos de 500 dólares un estudiante de quinto año de ingeniería biomédica arma uno de software libre y puede testearlo. Ese es el futuro que nos queda, lamentablemente, en el Perú no hemos tenido una industria de ingeniería biomédica, pero es el momento que va a nacer, porque ya no se necesitan las grandes industrias o corporaciones, sino la inteligencia de las personas.
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(*) El Ing. Fernando Pérez Valladares, conductor del programa Ingenieros en la Salud, forma parte del Comité Especializado de Ingeniería Biomédica del Capítulo de Ingeniería Electrónica del CD Lima.