La cita corresponde al ingeniero peruano, egresado de la UNI, Carlos Villegas Chocano, durante la conferencia “Tecnologías sin zanja para rehabilitación y renovación de tuberías de agua potable y alcantarillado” que efectuó el Capítulo de Ingeniería Sanitaria, Higiene y Seguridad Industrial del CD Lima y en la que también intervino su colega colombiano Daniel Galarza.
De acuerdo al Ing. Villegas, según un estudio que hizo la Agencia de Cooperación Internacional del Japón-JICA hace algunos años en cuatro distritos, Los Olivos, San Martín de Porres, Comas y Carabayllo, y mediante la clasificación de ‘deteriorada’, ‘muy deteriorada’ y ‘no deteriorada’, se encontró que en esos cuatro distritos se tenía 191 km de tubería que está en una condición muy deteriorada; esto, sumado a los años transcurridos, significa que se ha incrementado el deterioro y necesita algún tipo de intervención, sin zanja es una opción. “Pero más que eso, significa que nuestras redes necesitan inspección para que puedan definir un tipo de rehabilitación preventiva”.
“Tener una red muy antigua nos puede traer problemas, como ocurrió en San Juan de Lurigancho, donde solo en el 2021 se produjeron 77 aniegos”, dijo en su intervención.
Consecuencia de no intervenir las redes, no rehabilitar o renovar
Por su lado, el Ing. Daniel Galarza, egresado de la Universidad Nacional de Colombia, señaló que una tubería que tiene ya un deterioro, que con el tiempo se pueden deteriorar aún más y colapsar, origina un entorno determinado que va a verse afectado y originar una serie de movimientos sociales, costes económicos, pérdida de la condición de un servicio existente que puede llegar a afectar la salud pública, producir un impacto ambiental negativo y, por consiguiente, la suspensión o cese del servicio.
El experto también insistió que, al no realizar un mantenimiento, una conservación, un análisis de la condición existente de estas tuberías, que ya tienen una vida útil, vamos a ver faltas de capacidad hidráulica, fallas de tipo más operativo, tuberías colmatadas, incursión de raíces que van a ocasionar falencias en la prestación de servicios.
Panorama de tecnologías sin zanja a utilizar
El Ing. Galarza expresó que, debido a todas estas condiciones de deterioro, en la actualidad se han desarrollado un mundo de tecnologías sin zanja, que básicamente se dividen en cuatro pilares: instalación, rehabilitación, reparación y renovación.
1. Las tecnologías sin zanja se emplean hoy día para instalar tubería, es decir, desde cero, que no exista ningún tipo de red existente, y con técnicas especializadas se puede realizar esta construcción de una nueva red o nuevo sistema de agua potable y alcantarillado, acueducto o la necesidad que se tenga, empleando técnicas metodológicas que no generen impacto en la sociedad y la comunidad y que sean amigables con el medioambiente. 2. También se tiene todas las técnicas de rehabilitación, que aprovechan ese conducto existente y realizan un reforzamiento estructural del sistema. Aprovechan ese conducto, refuerzan y garantizan una serie de condiciones estructurales operacionales a modo de dar nueva vida a las tuberías y extender esa vida útil que se ha perdido.
3. Las técnicas de renovación, al igual que las técnicas de rehabilitación, parte de que ya hay una red existente, que está deteriorada o a punto de colapsar, en malas condiciones, y se utiliza técnicas de renovación en la que se destruye toda esa tubería existente y se reemplaza por una nueva que va a comenzar a trabajar en reemplazo de la tubería existente. 4. La tecnología propiamente de reparación atiende a casos muy puntuales, muy focalizados, donde se tiene alguna fractura, fisura o rupturas que haya en las redes, pero que será algo muy local considerando la propia longitud que tenga la red.
El especialista colombiano concluyó su intervención afirmando que todas estas acciones van de la mano con un estudio previo para ver si se rehabilita, se renueva, se repara o se instala. “Hay que partir de conocer una necesidad y las condiciones existentes”.
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