Durante la conferencia sobre “Seguridad energética” promovido por el Capítulo de Ingeniería Mecánica y Mecánica Eléctrica-CIME y al analizar el marco conceptual para evaluar la seguridad energética, el Ing. Jesús Roberto Tamayo citó cinco componentes:
1. Autosuficiencia y diversidad del suministro. Cuya definición se entiende como: No sobredependencia de una fuente. No sobredependencia de un suministrador. Reducir la dependencia de importación de energía. Utilizar los energéticos que se producen en el país.
2. Seguridad internacional y riesgos geopolíticos. Que comprende: Estabilidad geopolítica global. Riesgo de terrorismo global y ataques cibernéticos. Riesgos de guerra/conflictos en el suministro/demanda de energía y acceso a recursos y rutas de transporte. Uno de estos ejemplos se tiene en Alemania, cuyo país está sufriendo escasez de gas natural, debido al conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
3. Resiliencia de infraestructura y flexibilidad. Definición y alcances: Resiliencia es la capacidad de recuperarnos ante eventos catastróficos, y esto se hace con inversión en infraestructura de seguridad e integración de tecnologías. Para eso hay que preocuparse del mantenimiento del costo eficiente de la infraestructura y lograr responsabilidad sobre un amplio rango de vulnerabilidades y creciente complejidad.
4. Riesgos económicos e incremento de la demanda. Entendida como: Volatibilidad de los precios de los energéticos. Los estamos viviendo con el alza del petróleo y sus derivados que nos afectan seriamente, porque somos dependientes de productos importados. Habilidad de atender la demanda en mercados de alto crecimiento, como el caso del GLP, cuya demanda va en aumento en los últimos años.
5. Gobernanza y mecanismos de respuesta a emergencias. Que implica: Recursos disponibles para afrontar eventos naturales y suministros en emergencias. Coordinación entre niveles de Gobierno. Compromiso del público frente a la emergencia.
Seguridad energética y aspectos clave para alcanzarlo
En ese sentido, el Ing. Jesús Roberto Tamayo dijo que por seguridad energética se entiende a la baja vulnerabilidad de los sistemas energéticos vitales. Y esta “la vamos a tener en la medida que estemos expuestos a menores riesgos, que tengamos una gran capacidad de reacción y que nuestra infraestructura sea sectorial y geográficamente diferenciada”.
El citado especialista también opinó que para conseguir la seguridad energética hay que garantizar lo siguiente: producción de energías primarias, reservas de producción, inventarios y el suministro continuo, diversidad de fuentes de producción, desconcentración geográfica de la producción de energía, mayor capacidad de producción con respecto a la demanda (margen de reserva), ampliación del sistema de transporte y su mayor interconexión.
Tamayo expresó que actualmente las fuentes principales de energía de nuestro son el gas natural, los hidrocarburos líquidos (petróleo y líquidos de gas natural) y la hidroenergía. “A diferencia del gas natural y la hidroenergía, el Perú importa el 50% del diésel y el 28% del GLP que consume, lo que muestra una alta dependencia de las fuentes externas y amerita la adopción de medidas para asegurar su provisión, ya que su ausencia generaría serias dificultades al país”, aseguró en su alocución final.
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